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Maqueta gigante del sombrero de El aprendiz de brujo, en Disney World
Maqueta gigante del sombrero de El aprendiz de brujo, en Disney World
A finales de los años 1930 Mickey Mouse había perdido popularidad, ya que los gustos del público se iban decantando cada vez más hacia los largometrajes, hecho que inquietó a Walt Disney.[7] Uno de los personajes creados para uno de los cortos de Mickey, el Pato Donald (Donald Duck), había adquirido serie propia, y demostró ser más popular que su compañero el ratón, y, sobre todo, más rentable. Walt, sin embargo, no estaba dispuesto a deshacerse todavía de su personaje clave, con lo que ideó un cortometraje especial que se concebiría como la reaparición de Mickey Mouse: El aprendiz de brujo,[8] que sería totalmente mudo excepto por la música de Paul Dukas, en quien estaba basado el cortometraje. Los guionistas sugirieron que el protagonista del corto podría ser Mudito (o Tontín), el enano mudo de la película de Walt Disney Blancanieves y los siete enanitos (1938), pero Walt insistió en usar a Mickey.
La producción del cortometraje empezó en 1938, cuando Walt coincidió en un restaurante de Hollywood con el famoso director de orquesta Leopold Stokowski,[9] que se ofreció a grabar la música gratis, con lo que reunió un equipo de unos cien músicos de Los Angeles para tocar y grabar la banda sonora de los nueve minutos de duración del cortometraje.
El departamento de animación del estudio trabajó en el que era el proyecto más ambicioso del estudio. El animador Fred Moore rediseñó a Mickey Mouse, otorgándole más peso y volumen, de acuerdo con la tecnología de la época. También se le añadieron pupilas para dotar a su cara de mayor expresividad. Todo en la película se hizo prestando especial atención a los detalles y a la creatividad: los colores, el ritmo, la animación del personaje y de los efectos. El brujo sin nombre de El aprendiz de brujo fue llamado Yensid: Disney deletreado a la inversa.
Todos estos esfuerzos iban a salir muy caros, unos 125.000 dólares, un precio que Walt y, sobre todo, su hermano y socio, Roy, sabían que no iba compensarse en taquilla.[10] La mayoría de los cortometrajes de Disney habían costado unos 40.000 dólares, que eran unos 10.000 dólares más que el presupuesto medio de cualquier corto hecho fuera de los estudios Disney. El cortometraje más rentable del estudio, Los tres cerditos, había recaudado 60.000 dólares en taqulla. Siguiendo el consejo de Stokowski, Walt decidió ampliar el cortometraje al estilo de su serie de cortos Silly Symphonies, pero concebido como un largometraje, formado por varias escenas donde la animación se combinaba con la música clásica, y donde El aprendiz de brujo sería una de ellas. Para proveer a la película de una continuidad, Walt reclutó al compositor y crítico musical Deems Taylor como maestro de ceremonias que introducía y explicaba cada uno de los segmentos. Stokowski sugirió el título de Fantasía (que literalmente significaba "Una mezcla de temas familiares con variaciones e interludios"[11] ), que pasó a ser finalmente el título definitivo (el título inicial era The Concert Feature).
Con El aprendiz de brujo casi completo, el resto de la producción de Fantasía se inició a principios de 1939, prestando la misma atención por el detalle y la cuidada animación en todos los demás segmentos de la película.
A pesar de que la película se puede considerar un fracaso de Walt Disney, consagró a Mickey Mouse como uno de los iconos definitivos del estudio, y la imagen de Mickey con el traje de brujo ha sido durante décadas el emblema de Walt Disney.
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